Es imposible vivir en comunidad con personas (aunque sea una sola), que siempre quieren tener razón. Es puro egoísmo y amor propio. Otras tantas manifestaciones de egoísmo son la susceptibilidad y el apego a la propia opinión.
Debemos buscar aquello que nos une, lo que nos resulta idéntico a todos. Con el corazón lleno de amor debemos pensar en los demás. Debemos considerarnos todos, unos a otros, como iguales, y reconocer que nos hallamos en la misma situación, en la misma condición humana.
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